"El Rol del líder y la importancia de las instituciones para la gobernabilidad democrática", fue el nombre de la charla en la que abordó los cambios en los liderazgos y la legitimidad de éstos en la sociedad chilena actual.

Organizado por el Departamento de Administración de la Facultad de Administración y Economía, se realizó el pasado lunes 25 de octubre un nuevo Círculo de Seminario Alumni de Ingeniería Comercial de la Universidad de Santiago de Chile, con el tema: "El Rol del líder y la importancia de las instituciones para la gobernabilidad democrática".

En esta oportunidad la encargada de esta exposición fue la socióloga, doctora en Ciencia Política en la Universidad de Leiden, Holanda; directora de Espacio Público, académica de la Facultad de Humanidades de nuestra casa de estudios y coordinadora de la Red de Estudios sobre Violencias, entre otros, Lucía Dammert.

La profesional comenzó señalando que hoy estamos ante un proceso de renombramiento del concepto de liderazgo. Hoy la sociedad, en distintos espacios, espera más que un ejercicio de salvataje generalizado. "El liderazgo hoy es colectivo, se pueden entender distintas capacidades individuales, pero se miran los procesos colectivos. Eso implica la construcción de mecanismos de confianza y disciplina de grupo, que es algo limitado en el país", explicó Dammert.

Esto, además- prosiguió- requiere de un entendimiento de los plazos y capacidades reales de cumplimiento de metas. "Hoy los liderazgos, deben ser diversos, no sólo me refiero a espacios paritarios de mujeres y hombres, sino me refiero a la diversidad de edades, de personas que no habitan en Santiago, de miembros de pueblos originarios y sobretodo multidisciplinares", sentenció la socióloga, agregando que esto viene de la mano de un proceso de larga data que en Chile es más evidente que en otros lados, y es la limitación de los espacios donde se puede imponer el ejercicio de autoridad.

La doctora en Ciencia Política, indicó que la autoridad ha cambiado muchísimo en Chile. "Se busca su presencia, pero no es claro lo que otorga legitimidad", advirtió.

A su juicio, lo que hoy otorga legitimidad a los líderes o autoridades, no es solo su propia presencia, sino que su grado de legitimidad, y parte de la legitimidad que van construyendo se concentra en la posibilidad de crear equipos, de saber escuchar, de poder avanzar en espacios con prácticas diferenciadas. "Dentro de este poder de liderazgo, muy poco se logra desde el esfuerzo individual. Por lo general, se requiere de mecanismos de colaboración para la consolidación de procesos institucionales. Como país necesitamos instituciones fuertes que puedan asegurar que estos liderazgos florezcan, instituciones fuertes que puedan mutar y cambiar", sentenció.

En este sentido, indicó Dammert, la gobernabilidad es la capacidad de administrar las demandas sociales por parte de los gobiernos y atenderlas de forma eficaz, estable y legítima. "En la gobernabilidad existen dos problemas: uno, que el gobierno tiene que ser legítimo, es decir, que la ciudadanía confíe en él para que genere los cambios, las transformaciones que la sociedad está esperando que genere. En segundo lugar, el elemento que podría generar una crisis de gobernabilidad, es el tamaño de las demandas sociales y las expectativas y coyunturas", dijo.

Lucía Dammert advirtió que, en Chile, hoy estamos en un momento donde las demandas sociales son importantes, la gente quiere un cambio constitucional y para muchos este cambio generará transformaciones completas del país.

Para ella, en el marco de este nuevo liderazgo, se generan desafíos de gobernabilidad en el país. "Lo primero es que, para entender los desafíos, es clave reconocer el cambio en el rol del liderazgo y la relación con los equipos. También, identificar la complejidad de la relación gobierno/ciudadanía", expresó, agregando que en algunos países la gente no espera nada del gobierno, pero en Chile, sin embargo, hay una tradición de alta expectativa.

"En la actual coyuntura, el cambio constitucional puede aumentar la percepción de la definición de los nuevos valores, del Estado como un Estado solidario, que va a brindar muchas más alternativas para el desarrollo de las personas, pero que nos va a permitir vivir en un Estado que no será permanente de auto explotación. Esta expectativa de la gente por el cambio constitucional, se ve afectado por la polarización política, así como una generación de miedos o intereses que tensan las capacidades reales de conversación", expuso la socióloga.

Finalmente, Dammert indicó que hay que reconocer que se está en época de cambio y que todos los actores tendrán que acomodarse a que las instituciones cambien y nuestro rol dentro de esas instituciones, también se está transformando.

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