Dr. Mario Radrigán, académico del Departamento de Gestión y Políticas Públicas y director del Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (Ciescoop) de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile se refirió a su participación en el “Seminario Internacional de procesos Cooperativos e Iniciativas Asociativas de Trabajo” en entrevista con el programa “Paraninfo” de la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe, Argentina.
Durante el mes de septiembre del presente año se realizó en la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, Argentina, el XVIII Seminario Internacional del Comité Académico de Procesos Cooperativos y Asociativos (Procoas) de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo, organizado por este organismo junto a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad Nacional de San Luis, la Universidad Nacional de Entre Ríos y la Universidad Nacional de Rosario.
Como parte de la difusión de las temáticas abordadas en la actividad académica, el canal de televisión de la Universidad Nacional del Litoral entrevistó el director de Ciescoop, Dr. Mario Radrigán, quién indicó que los actores de la economía social y solidaria son un grupo muy diverso de organizaciones y empresas, entre los que están cooperativas, mutuales, asociaciones, fundaciones y corporaciones privadas sin ánimo de lucro. “En el caso específico de chile, se incorpora una forma jurídica muy propia de nuestro país, las organizaciones comunitarias que son las organizaciones de pobladores de vecinos y también las asociaciones y comunidades indígenas”, sostuvo.
A esto agregó que existe una forma jurídica propia del país, que son las organizaciones empresariales, las que reúnen a pequeños o micro productores, pero también de acuerdo a la realidad de otros países, existen redes solidarias, comercio justo y en algunos casos también se involucran ciertos tipos de sindicatos de trabajadores independientes, comunidades de agroecología. “En los últimos 20 años aparecieron nuevos actores que se sienten que no son ni parte de la economía pública, ni parte de la economía privada capitalista tradicional, lucrativa y que buscan una un espacio para desarrollar de manera autogestionada sus propias organizaciones que tienen como propósito fundamental resolver los problemas de la gente”, advirtió.
El Dr. Radrigán indicó que la economía social tiene una serie de principios y valores que surgen para resolver los problemas de las personas que no son resueltos ni por las políticas públicas, ni por el mercado tradicional.
En relación a la realidad chilena, el director de Ciescoop señaló que el modelo cooperativo tiene una larga trayectoria. “Hay un antecedente de las dos primeras cooperativas que se fundaron casi simultáneamente en el año 1864. Ya han pasado casi 160 años de esto y las cooperativas han tenido un desarrollo muy aparejado que va muy de la mano con los ciclos económicos políticos y sociales del país. Desde los años 60 hasta el golpe de estado, es el período de auge del modelo cooperativo. Se generaron muchas cooperativas, hubo mucho apoyo de políticas públicas y eso decayó enormemente durante la dictadura militar. Con la recuperación de la de la democracia- a partir del año 90 y hasta la fecha- lo que ha habido es una lenta y progresiva recuperación”, añadió.
Mario Radrigán también destacó el rol de la mujer en las cooperativas. “En Chile hay 18 millones de habitantes y dos millones doscientos mil socios y socias de cooperativas, con una predominancia de las mujeres, las que ingresaron a estas organizaciones cuando estaban excluidas de la vida económica, o realizaban trabajos domésticos”, explicó.
Respecto a la labor de la educación y el rol de una casa de estudios estatal como la Universidad de Santiago de Chile, el académico del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la FAE, puntualizó que es muy importante que las nuevas generaciones estén conscientes de este tipo de prácticas y de sabiduría empírica generada por personas que se han agrupado y organizado ante distintas problemáticas sociales. “Nosotros tenemos este rol de investigación, extensión o vinculación con el medio, pero creo que jugamos un rol muy importante en la formación de los nuevos profesionales y técnicos para que sean capaces de reconocer que la economía social solidaria y popular existe, que tiene un rol, pero que requiere respeto”, concluyó.
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