news_111_dEl director del programa de especialización, Dr. Gregorio Pérez-Arrau, participó en este encuentro de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa explicando los principales cambios que se han desarrollado durante este año a la metodología de enseñanza, que resultó ser innovadora y la que ha tenido una buena acogida de alumnos y académicos.

El director del programa de especialización, Dr. Gregorio Pérez-Arrau, participó en este encuentro de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa explicando los principales cambios que se han desarrollado durante este año a la metodología de enseñanza, que resultó ser innovadora y la que ha tenido una buena acogida de alumnos y académicos.

news_111_01El pasado 28, 29 y 30 de octubre se llevó a cabo el XXV Encuentro Internacional RECLA (Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa), instancia en la que participó el director del Diplomado en Gestión del Conocimiento Organizacional de la FAE USACH, Dr. Gregorio Pérez Arrau con el fin de dar a conocer los detalles de la innovación en la metodología de evaluación a los estudiantes que cursan este programa.

El diplomado en Gestión del Conocimiento fue creado el año 2016, siendo el primer diplomado en esta materia en Chile. Consta de diez módulos equivalentes a 106 horas cronológicas, impartidos en modalidad fines de semana. Se trata de un programa de formación dirigido a profesionales que se desempeñan en áreas tan diversas como la administración, la bibliotecología y archivística, la informática, entre otras.

"El problema sobre el cuál se decidió comenzar a innovar en las evaluaciones fue debido a la necesidad imperiosa de innovar en metodología. Existía una necesidad de mayor flexibilidad y de adaptar el programa a las necesidades de las personas y organizaciones y darle un carácter más aplicado. Este problema fue planteado en RECLA 2018 cuando presenté este programa como una innovación", afirma Pérez-Arrau.

A esto se sumó que, a finales del año 2018, un grupo de estudiantes recién egresados del programa se reunió con el director del diplomado para manifestarle su preocupación sobre la manera en que se evaluaban los aprendizajes logrados en cada módulo. "Su intención era hacer una crítica constructiva con el fin de mejorar la propuesta de estudio para futuras generaciones. Según ellos, los métodos para evaluar aprendizajes de cada módulo eran muy diferentes unos de otros; con una fuerte desconexión temática y metodológica entre ellos. Asimismo, se mencionó la tendencia de algunos profesores en enfatizar los aspectos teóricos de su materia, mientras que otros se focalizaban en lo práctico, generando confusión entre los estudiantes. Además. los métodos de evaluación eran muy variados, desde una prueba escrita, un control de lectura, ensayos o un trabajo investigativo. Dado el objetivo del programa y la forma en que se da la gestión del conocimiento en las organizaciones, la sugerencia de los estudiantes apuntaba a crear un mecanismo que preparara al estudiante para la gestión de proyectos internos de desarrollo en una organización", explica el director del diplomado.

Pérez-Arrau agrega que. del mismo modo, había una tendencia de aprender haciendo, de mostrar resultados de aprendizaje concretos y aprovechar la experiencia práctica de los docentes.

"La innovación consistió en el cambio de una evaluación por módulo tradicional a una evaluación tipo proyecto. Esta evaluación es única y aplicada a un problema real dentro de las organizaciones", indica el académico.

El desarrollo de micro proyectos se hizo a través de equipos conformados por hasta tres personas. "Se aprovecha de esta forma la sinergia que se genera por el trabajo en equipo y además generamos oportunidades para que los estudiantes que, por razones laborales, no pueden desarrollar una iniciativa concreta en su lugar de trabajo", puntualiza.

Otro de los elementos innovadores en este proceso, dice relación a la definición y coordinación centralizada de contenidos y objetivos de aprendizaje de cada módulo en función del micro proyecto. "Este fue un elemento bastante disruptivo, en el sentido que apuntaba en dirección contraria a la independencia que cada profesor muestra (libertad de cátedra) y por lo tanto, esta definición centralizada no siempre cayó bien para todos los académicos que participaban", sentenció Pérez-Arrau.

A cada profesor de cada módulo, continuó el director del diplomado, se le pidió una retroalimentación en cada uno de los trabajos presentados en su módulo en relación al contenido de la materia y a su aporte al proyecto final.

La evaluación

El micro proyecto es un ejercicio académico cuyo propósito es aplicar los contenidos aprendidos en cada uno de los módulos de la malla del diplomado, a una situación y problema específico de una organización, desarrollando objetivos, áreas de intervención, herramientas pertinentes y una propuesta de gestión del cambio.

Cada micro-proyecto presentado, es evaluado mediante dos momentos o instancias; cada una aporta un 50% de la nota final del estudiante. La primera consiste en que, posterior a cada módulo, los estudiantes entregan un avance de su propuesta en lo referido a la materia tratada específicamente en ese módulo, siguiendo las instrucciones dadas por el profesor respectivo; por ejemplo, en el módulo de "Comunicación", los estudiantes preparan una propuesta sobre comunicación para su micro-proyecto; luego, en el módulo de "herramientas de gestión del conocimiento" proponen un set de herramientas; y así sucesivamente hasta completar todos los módulos. "De este modo, cada docente evalúa un trabajo específico referido a su materia y entrega la retroalimentación respectiva a los estudiantes, permitiéndoles realizar mejoras a su propuesta final del micro-proyecto", agrega Gregorio Pérez-Arrau.

Luego, una vez cursados todos los módulos, los estudiantes deben entregar la versión final de su micro-proyecto articulando todos los avances particulares por módulo con las mejoras generales que deseen realizar. La versión final será presentada ante una comisión de expertos, presumiblemente compuesta por tres profesores del programa y evaluada por ellos.

"Hasta el momento el proyecto está siendo aplicado al primer año, por lo que no podemos concluir que ha sido exitoso del todo, sin embargo, hasta el momento en los monitoreos, hemos revisado y descubierto una retroalimentación positiva y por lo tanto creemos que va bien", señala.

A juicio del director del diplomado, las claves del éxito de esta evaluación están dadas por el análisis y la planificación por dos años con conversaciones, benchmarking, opiniones de los alumnos, de los profesores y otras experiencias. Además, es fundamental la intensa comunicación con docentes y estudiantes. En estas instancias se explicó la innovación con claridad y en detalle mediante varias reuniones grupales e individuales.

Junto con esto, se desarrollaron instrucciones escritas y formatos tipo para la evaluación, todo esto bajo el permanente monitoreo de la dirección para ir registrando avances y situaciones de atención.

Principales amenazas

"Los principales problemas y amenazas de este modelo de evaluación ha sido la inercia del equipo de docentes en cuánto a evaluación y no sólo en cuánto a que es cómodo seguir así, sino que también por la tradición del sistema educativo en su conjunto. Además, las expectativas de los estudiantes de realizar los proyectos internos de sus empresas con asesoría gratuita de parte de los docentes. Por eso lo denominamos micro proyectos y aclaramos que son ejercicios académicos formativos", cuenta Pérez-Arrau.

Esta innovación, coincide con otro cambio que ocurre al mismo tiempo, la modalidad video-conferencia debido al COVID-19.

"Los primeros resultados indican que esta innovación fue recibida con mucho entusiasmo por los estudiantes, con una participación activa, con expectativas positivas de profesores y con una retroalimentación positiva del medio profesional", concluye el académico de la FAE.