Guillermo Pattillo
Departamento de Economía
Universidad de Santiago de Chile

La evolución que ha tenido la crisis financiera internacional en los últimos dos meses ha sido, sin duda, bastante más negativa de lo que no mucho atrás se preveía. Asimismo, sus efectos en el Producto serán significativamente más potentes de lo que se anticipó. En este momento, y por primera vez, los analistas de mercado encuestados por el Wall Street Journal esperan tres trimestres consecutivos de caída en el PIB de los Estados Unidos: en el tercer trimestre de este año el crecimiento anualizado de esa economía habría sido -0,2%, llegaría a -1,2% en el cuarto trimestre y a -0,1% en el primero de 2009. La situación se modificaría en el segundo trimestre de 2009, proyectándose un crecimiento anualizado de 1,9%. Para todo el año próximo, la economía de EE.UU. se espera crezca 1,3% (contra 0,6% este año). 

La situación más compleja se viviría hasta el tercer trimestre del próximo año. La información disponible sugiere que es factible un lento cambio de tendencia en la segunda mitad de 2009 gracias a al menos tres factores: el programa de asistencia que las autoridades del mundo desarrollado han implementado para ordenar la situación financiera global, la reversión en las alzas de precios de la energía y otros commodities, y la capacidad de las economías asiáticas de sostener un ritmo de crecimiento significativo.

¿Qué significa todo esto para Chile? Esencialmente, que en 2009 creceremos bastante menos que el potencial. Nuestra proyección es que el crecimiento del PIB, si es que el escenario internacional es semejante al descrito estará en el rango 2,0% a 2,5%. Con ese crecimiento la tasa de desocupación media, que este año llegará a 7,9%, en 2009 alcanzará fácilmente a 8,7% de la fuerza de trabajo. La inflación, sin embargo, podría presentar una convergencia más rápida hacia el rango meta de la autoridad si es que el tipo de cambio nominal reduce parte de la fuerte depreciación que ha tenido en estas últimas semanas. En cualquier caso, la senda que recorreremos en 2009 será dura y no habrá buenas noticias sino, posiblemente, hasta fines de año. 

Francisco Castañeda
Académico Usach


Siempre se plantea que Estados Unidos es un modelo institucional a seguir. Y en consecuencia, la receta para América Latina era simple: ajustes estructurales en los 70 y 80, promovidos por los organismos multilaterales, reducción del tamaño del Estado, y el apoyo al desarrollo de una economía privada vigorosa.

Es cierto que con esta crisis no se ha dañado la capacidad de innovación, tecnológica ni empresarial del gran país del Norte. En muchos aspectos, sigue siendo un modelo coherente a seguir. Pero fue inevitable que entrara en este ciclo populista-financiero, el que fue promovido como gran botín político por Clinton, y fortalecido en los brazos de la ingeniería financiera de Greenspan y los republicanos. Y ahora para salvar la fiesta populista, la institucionalidad debe proveer de sendos recursos a los concentradores bancos de inversión y restablecer la confianza, mientras que la deuda fiscal norteamericana ya se irá a las nubes. 

También la reserva federal deberá realizar masivas emisiones de bonos para obtener los recursos del megarescate, acentuando en el mediano plazo un alza en la tasa de interés con sus aun inevitables costos restrictivos. Las nacionalizaciones parciales de bancos, el fortalecimiento del rol regulador del Estado, y los planes fiscales de reactivación, nos muestran que el pragmatismo será el motor de esta nueva fase. La idolatría de un Estado todo-solucionador, así como la creencia sagrada en un mercado libre sin contrapesos, están siendo superados por los acontecimientos actuales.


Francisco Castañeda
Académico Usach 

Las proyecciones de la economía chilena para el próximo año son claramente pesimistas. Los efectos de la crisis subprime en términos de restringir la liquidez internacional y debilitar el comercio internacional se han hecho notar en la economía chilena (y en la del resto del mundo). Y esto pese a la inyección masiva de liquidez a la banca local de parte del Banco Central y del Ministerio de Hacienda para no exacerbar el inevitable aumento del costo de fondo de la banca.

La percepción de deterioro del riesgo de crédito ha llevado a la paralización de proyectos inmobiliarios, la selectividad en los nuevos créditos de la banca y un monitoreo más cercano acerca del desempeño actual de los proyectos. Dado lo anterior, las proyecciones de desempleo para la economía chilena superan los dos dígitos debido al frenazo de la inversión. Y en cuanto al crecimiento, se habla incluso de un incremento cercano a 1% en el escenario más conservador. A su vez, la inflación debería bajar más rápido si el Banco Central inyecta más dólares a la economía. Descansar sólo en "el desinfle de los commodities" es una apuesta riesgosa. 

Una inflación actual de 9% con contracción económica es inaceptable, y el Banco Central, en concordancia, espera el aterrizaje de los precios domésticos. Para esto, el instituto emisor debería ayudar a desinflar el dólar; de lo contrario, los precios domésticos se mantendrán empinados.

En el plano internacional, las economías industriales ya se encuentran en recesión. Intervención estatal, nacionalizaciones y compra de activos de baja calidad han sido la tónica de estas semanas. Las sociedades aspiran a tener un crecimiento económico más equilibrado, donde los componentes -producción y endeudamiento- crezcan a tasas más sostenibles. En ese contexto, los segmentos de ingreso medio-bajo se encuentran altamente endeudados en relación con su ingreso, producto de una política monetaria que atrasó el ajuste en las tasas de interés (las que empezaron a subir en forma tardía, recién en junio de 2008), cuando era ya evidente el deterioro de la economía norteamericana (como lo reflejan los sucesivos comunicados del Banco Central de aquellos meses). 

La función comunicacional que le corresponde a los movimientos en la tasa de instancia del Banco Central, en términos de anticipar el mayor costo del crédito, fracasó en su objetivo. Así, los consumidores y las empresas en su gran mayoría no estaban preparados para enfrentar un shock de las características actuales.

Por su parte, el fisco enfrenta en mucho mejor pie esta desaceleración. Ya ancló el crecimiento del gasto fiscal para 2009 en 5,7%. Con respecto a los consabidos superávit y ahorros en el extranjero, no se deben cometer errores en cuanto a ser demasiado ortodoxos. Si la economía efectivamente desacelera con brusquedad el próximo año, se debería esperar un aumento del actual nivel de gasto público para compensar la pérdida de dinamismo del sector privado. Se deberían inyectar aun más recursos para las pymes e intensificar los planes de obras públicas. 

La indecisión le ha costado caro a Estados Unidos en esta crisis por no querer ir contra de la ideología excesivamente libre-mercadista de su Gobierno, mientras que países como Gran Bretaña reaccionaron con pragmatismo en la nacionalización parcial de su sistema bancario. En cuanto a la economía chilena, la lección es clara: es la hora del pragmatismo y el relego de la ortodoxia y sus rígidos principios.



Francisco Castañeda
Académico Usach

"De empeorar la actual crisis internacional (existe una probabilidad cierta), esto afectará dramáticamente a la economía chilena, en particular a los sectores más vulnerables. Es cierto que las autoridades han destacado los blindajes que posee la economía chilena para sortear con éxito los episodios de iliquidez que se pueden manifestar. Un alto ahorro fiscal y baja deuda externa, bancos locales bien capitalizados, un nivel de gasto equilibrado (que se ha venido desacelerando) y un alto nivel de reservas internacionales (12% del PIB). Pero los efectos de una profundización  de la crisis en Estados Unidos se propagarán a través de toda la economía chilena. Al ya incipiente aumento del costo de crédito en US$ (aumentando el costo del capital de trabajo para empresas exportadoras), se agrega el mayor costo de fondo que exhibe la banca local producto de la menor oferta global de dólares. Dicho costo esta siendo ya traspasado a empresas y personas a través de tasas de interés más altas, empeorando el ambiente de riesgo de crédito, el que ya se estaba instalando en la banca doméstica. Es así como los niveles de endeudamiento de los quintiles más pobres son relativamente altos en términos de su ingreso. Pero no se pueden realizar comparaciones con países más desarrollados para "demostrar que aún es baja la penetración del crédito", y así afirmar erróneamente que el riesgo de crédito es bajo.

A la creciente dificultad que tendrán las grandes empresas locales en renovar sus créditos en el extranjero, se debe agregar que también será difícil emitir bonos a tasas razonables para ampliar capacidad (ya Banco Estado sufrió recientemente un duro revés en la emisión de un bono de 5 millones de UF), lo cual tendrá efectos negativos en la inversión y por consiguiente en el empleo. El ritmo de crecimiento de las exportaciones también se verá afectado, producto del menor crecimiento, implicando un acentuamiento del déficit en cuenta corriente. El mercado bursátil también continuará su senda bajista, afectando a los fondos de pensiones y las jubilaciones de quienes saldrán del mercado laboral en estos años. Además, la evolución de la tasa de inflación, aún no internaliza en su trayectoria el derrumbe del precio de los commodities. Esta claro ya que el aumento del nivel de precios es generalizado, carcomiendo el poder adquisitivo de los ingresos más bajos. La tasa de inflación en 12 meses alcanzó a Septiembre un 9,2% medida en 12 meses, con signos de declinación, pero esto es básicamente por el enfriamiento de la economía global, más que por la acción oportuna de la política monetaria. En cambio, el Banco Central acertadamente finalizó en forma anticipada su intervención cambiaria, ante la evidencia de escasez del crédito externo para la banca local. Los dólares que compraba hace una semana a razón de 50 millones de dólares diarios, ahora los "coloca" en el mercado para inyectar la liquidez necesaria. También el Ministerio de Hacienda apoyó raudamente la semana pasada la corrida contra los fondos mutuos de los principales bancos de la plaza, depositando 1.000 millones de dólares para proveer la liquidez necesaria. Por eso la decisión de  este jueves del Banco Central se torna extremadamente relevante. De subir la tasa de instancia 50 puntos base, se hará mas dura la senda de las provisiones y el mayor riesgo de crédito que enfrentan la economía, con su secuela en desempleo y menor crecimiento. De mantener la actual tasa de instancia, se entregará una señal de una política monetaria débil para contener los ya "acelerados" efectos inflacionarios de segunda vuelta. El pragmatismo invita a pensar en un aumento de sólo 25 puntos base para este jueves. Con esto se desalienta el crecimiento en los precios, pero señalando al mismo tiempo que no se quiere empeorar la situación económica actual. Sobre todo por las perspectivas de corto y mediano plazo que deberá enfrentar la economía chilena.


Francisco Castañeda 
Académico Usach


La decisión de política monetaria de este jueves, se vuelve más compleja, a la luz de la propagación de la crisis financiera. La desaceleración del rally alcista en el precio de los commodities (cobre, crudo y alimentos) contribuirá a bajar más rápidamente la inflación, aunque en el caso del cobre, podría esto tener un efecto restrictivo en términos de la liquidez. La creencia de que la crisis será una oportunidad para acomodar niveles menos restrictivos en la política monetaria, es algo que comienza a percibirse. La decisión de Hacienda de anclar su tasa de crecimiento de gasto fiscal en 5,7% para el 2009, es un apoyo a la lucha contra la inflación (aunque las rebajas de impuestos se traducen en un impulso fiscal mayor sobre la economía). Por su parte, la banca local muestra síntomas de encarecimiento del financiamiento externo, debido a la contracción de oferta de dólares en los mercados internacionales. Estas mayores tasas de interés se están traspasando ya a empresas y personas, afectando en el margen el riesgo de crédito. También el menor precio del crudo debería derrumbar en parte el "excesivo gasto interno", y así desacelerar la senda a un déficit de cuenta corriente de magnitudes menos colosales. Los denominados "flight to quality" (o "pagan justos por pecadores") aceleran en el corto plazo la apreciación del dólar ante escenarios de incertidumbre global. Para no enrarecer el ambiente doméstico, el B.Central debería subir sólo 0,25 % su tasa de instancia. Y debería ir a acompañado de un fin de la intervención cambiaria; ya subirán las cuentas de la luz en noviembre y la rebaja tributaria de impuestos específicos ya fue absorbida por el aumento del tipo de cambio. 



Francisco Castañeda
Académico Usach

La noticia de que USACH se acreditó por 6 años en 5 Áreas (la anterior era sólo de 3 años, y se considera un máximo de acreditación de 7 años), es un justo reconocimiento a una dirección universitaria que se orienta a logros concretos. Los beneficios tangibles deben significar un mejor posicionamiento de sus egresados (en algunas áreas ya son líderes) en el mercado laboral, y un aumento del arancel de referencia (para propósitos de créditos con garantía del Estado), al quedar ubicada en el rango superior de las universidades chilenas acreditadas. Falta por supuesto aún mucho por hacer. La tarea de entregar educación de calidad a sectores emergentes de la sociedad es un desafío de magnitudes. Los mismos desafíos que presentan muchas universidades, tanto públicas como privadas. Esto implica terminar definitivamente con los feudalismos académicos, poner fin a la cultura del "no cambio", y exigir una máxima eficiencia en todo el espectro de decisiones de gestión y de tipo académicas. Los contribuyentes esperan un buen uso de sus recursos, para atender las demandas de calidad de los estudiantes. En ese contexto, USACH se destaca como un proyecto universitario que tiene como esencia la movilidad social: un sentido de cambio profundo y para siempre en las condiciones futuras de sus estudiantes. Debemos estar a la altura del desafío.



Guillermo Pattillo
Departamento de Economía
Universidad de Santiago de Chile


En las últimas dos semanas hemos vivido una inestabilidad en los mercados financieros internacionales (y por tanto también en el mercado local) que parece con pocos antecedentes en la historia reciente. La verdad es que ni es eso correcto ni es esta la peor caída bursátil de la última década. Si se toma cualquiera de los índices accionarios más representativos de los Estados Unidos (DJIA, S&P 500, Nasdaq) es muy claro que la inestabilidad es una característica casi intrínseca de estos mercados y las fases de altas ganancias han estado normalmente seguidas por otras en que se pierde, al menos transitoriamente, buena parte de lo ganado. Si se toma, por ejemplo las cotizaciones diarias del índice S&P 500, su nivel hoy es cercano al que tenía en noviembre de 2005. Considerando solamente la última década, los dos peaks del índice están en marzo de 2000 y en noviembre de 2007; en este mes el índice fue cerca de 2% superior al nivel máximo previo. En otras palabras, después de la caída que se comienza a desarrollar en septiembre de 2000 y que perdura, con los típicos altibajos, hasta marzo de 2003, lapso en que el índice pierde del orden de 43% de su valor, la recuperación gradual iniciada ese año logra recuperar lo perdido y sobrepasar levemente el máximo anterior, pero muy pronto después de ello, se gatilla esta nueva corrección, similar en su formato a la de 2001 y, de hecho, por lo menos hasta ahora, menos violenta que aquella. 

La imagen es parecida para otros índices, aunque algo más favorable en términos de la magnitud de las ganancias entre los peaks (NYA o DJIA, por ejemplo). El punto, sin embargo, es que la inestabilidad de los mercados financieros y su desalineamiento parecen fenómenos casi inevitables; en cierto sentido como lo son las fluctuaciones de la actividad real. De hecho, estas "crisis financieras" son también uno de los detonantes de las fluctuaciones del producto y el empleo. Las razones por las cuales estos fuertes ajustes de los mercados financieros se producen son variadas y diferentes en cada caso; no obstante, de cada una de tales crisis resulta una mejor comprensión de su funcionamiento y una más eficiente regulación del accionar de los distintos agentes comprometidos. De la experiencia internacional y de la que Chile ha tenido, resulta evidente que los mercados financieros no pueden operar eficientemente sin una adecuada regulación, esencialmente por las externalidades que del accionar de esa industria derivan respecto del riesgo y la confianza social en el sistema económico. La crisis actual no ha terminado, pero es indudable que las autoridades involucradas están haciendo su mejor esfuerzo para que la salida sea con el menor costo social posible. Al mismo tiempo, esta será una nueva oportunidad para mejoras regulatorias que sienten las bases de una próxima etapa de crecimiento y desarrollo del mercado internacional de capitales. 



Prof. Germán R. Pinto Perry
Departamento de Contabilidad y Auditoría
Universidad de Santiago de Chile

El arriendo de locales comerciales está afecto con IVA, pero es posible rebajar el 11% del avalúo fiscal de bien raíz de la base imponible, representando un beneficio para este tipo de operaciones, permitiendo abaratar el canon de arriendo.

El Impuesto al Valor Agregado (IVA) tiene tres grandes grupos de hechos gravados: hecho gravado básico ventas, que afecta a una gama amplia de convenciones traslaticias de dominio; el hecho gravado básico servicio, afectando a un tipo muy particular de servicios y los hechos gravados especiales que corresponden a una mención expresa que está en el artículo 8 de la ley del ramo, incluyendo a las importaciones, aportes a sociedades, retiros, adjudicaciones, contratos generales de construcción y otras operaciones específicamente mencionadas en este articulado.

En su letra g) señala expresamente que está afectos con IVA el "arrendamiento, subarrendamiento, usufructo o cualquiera otra forma de cesión del uso o goce temporal de bienes corporales muebles, inmuebles amoblados, inmuebles con instalaciones o maquinarias que permitan el ejercicio de alguna actividad comercial o industrial y de todo tipo de establecimientos de comercio". De esta forma, y de acuerdo a la última parte de lo extraído, están afectos con el tributo que comentamos los arriendos de bienes raíces que tengan instalaciones o que permitan realizar alguna actividad comercial. Esto implica que se debe incrementar con un 19% el precio del arriendo de cualquier inmueble que tenga fácticamente instalaciones, muebles o que permita ejercer actividades comerciales. Según el Servicio de Impuestos Internos (SII), no es importante que se realicen efectivamente actividades comerciales en los inmuebles por parte del arrendatario, sino que sólo importa si es posible su realización.

El legislador sólo otorga este tratamiento para el arrendatario que es dueño del bien, no siendo aplicable para el subarrendatario que es sólo usufructuario. 
Rebaja Especial

La implicancia inmediata de lo anterior, está en el incremento del canon de arriendo. Sin embargo, el legislador otorgó una concesión a este tipo de operaciones permitiendo una rebaja especial de la base imponible (renta que se paga por el arriendo). El artículo 17 de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios señala que "en el caso de arrendamiento de inmuebles amoblados, inmuebles con instalaciones o maquinarias que permitan el ejercicio de alguna actividad comercial o industrial, y de todo tipo de establecimientos de comercio que incluya un bien raíz, podrá deducirse de la renta, para los efectos de este párrafo, una cantidad equivalente al 11% anual del avalúo fiscal del inmueble propiamente tal, o la proporción correspondiente si el arrendamiento fuere parcial o por periodos distintos de un año." Esta mención es beneficiosa para este tipo particular de operaciones, ya que permite disminuir la base imponible sobre la cual se aplica la tasa del 19%, estableciendo evidentemente un menor valor en el arriendo de otro bien raíz que no tenga instalaciones.

La mención extractada es taxativa y sólo es posible aplicarla según la redacción consagrada en la ley, pues no hay que olvidar que el Derecho Tributario es una rama del Derecho Público y sólo es posible aplicar lo que el legislador expresamente ha señalado. De esta forma, cuando se establece que el "arrendamiento" de bienes raíces con las características ya indicadas, goza de esa rebaja, significa que sólo cuando estamos en presencia de este tipo de operaciones se aplica, y no cuando se está realizando un contrato de "subarrendamiento". Este criterio es antiguo y ha sido consagrado por el organismo fiscalizador en la Circular Nº 111 de 1975 y reafirmado últimamente, señalando que no es relevante el carácter de usufructuario que pueda tener el subarrendador del bien inmueble.


Por Gonzalo Martner
Economista, doctor de la Universidad de París,  académico de la Universidad de Santiago.

*Una parte de los chilenos se apresta a preferir como Presidente a una persona, Sebastián Piñera, que ha hecho su fortuna con los mismos métodos que provocaron la debacle actual y que ha sido multado por obtener ganancias indebidas.

En 2007 apareció la expresión "crisis subprime", que podría haber quedado para uso de los iniciados en la economía, cuya pobreza intelectual desde que predomina el simplismo neoliberal incluye la del uso abusivo de anglicismos, especialmente en Chile. ¿Se ha fijado el lector que ya no se dice materias primas, sino "commodities", o distribución, sino "retail", términos perfectamente claros en castellano? Pero el derrumbe financiero en Estados Unidos consagró el uso amplio de la nueva expresión. No es para menos: bancos hipotecarios y compañías de seguros nacionalizados en el paraíso del libre mercado; colapso de la banca de inversión de Wall Street; rescate de grandes bancos de depósito y compra pública de "activos tóxicos" de difícil recuperación a razón de 6% del PIB, con el Congreso sometido al dilema de aprobar plenos poderes o asumir la paralización del crédito y la recesión generalizada de la mayor economía del mundo. 

Vuelve a aparecer una evidencia incómoda para el pensamiento dominante: el capitalismo y las crisis financieras (bursátiles, cambiarias, bancarias) van de la mano. El valor de un activo financiero depende de la evaluación de un flujo de ingresos futuros de gran variabilidad. Y tomar riesgos con recursos propios o de los demás es la esencia del capitalismo, el sistema económico más dinámico pero a la vez el más inestable, depredador y concentrador de ingresos. Así lo ha confirmado la historia, desde la crisis de las bulbas de tulipas de 1634 en Holanda, la de la South Sea Company de 1720 en Inglaterra, las ocho creadas por las guerras europeas entre 1713 y 1820 y así sucesivamente, incluyendo la Gran Depresión de 1929. El capitalismo entró en crisis muchas veces, como predijo Marx, pero fue capaz de recuperarse. E incluso de tener épocas de oro, como la de la posguerra, gracias a las ideas de Keynes para superar el equilibrio de subempleo. La crisis cambiaria en 1971 y el estancamiento con inflación de los años setenta fueron superados mediante la globalización acelerada. Las tecnologías de la información dieron vitalidad al capitalismo, con la innovación y la "destrucción creativa" de Schumpeter, trasladando recursos hacia usos más productivos. Pero siempre con una piedra en el zapato: desde 1970, según Caprio y Klingebiel (2003), han ocurrido 117 crisis bancarias sistémicas en 93 países. La liberalización interna aumenta la probabilidad de una crisis bancaria, la que aumenta todavía más con liberalización financiera externa.

Estados Unidos vivió hasta 2007 un período de prosperidad, acompañado de un ahorro mundial en expansión y energía barata. Pero se preparaba la crisis, con préstamos hipotecarios sin control a millones de hogares de ingresos inestables y una política monetaria laxa. La banca diluyó el riesgo en títulos que mezclan activos de distinto riesgo. Los fondos especulativos de cobertura se multiplicaron. Esta mezcla explosiva estalló al aumentar los impagos hipotecarios, caer el precio de las viviendas y emerger un déficit de capitalización bancaria. 

¿Y cómo estamos por casa? Para empezar, con fuertes pérdidas de los fondos de pensiones y una incertidumbre generalizada sobre el valor de las pensiones futuras. Esto no se quiso corregir en la reforma reciente, que introdujo en el peor momento mayores márgenes de inversión de los fondos fuera de Chile, en vez de mayor seguridad mediante la vieja pero imperturbable receta bismarckiana de basar una parte de las pensiones en el reparto intergeneracional. Se supone que nuestra supervisión bancaria es suficiente; crucemos los dedos. Mientras, muchos chilenos adhieren a la opción de Sebastián Piñera, que ha hecho su fortuna con los mismos métodos especulativos que provocaron la debacle actual, sin nunca dirigir una empresa productiva, y que ha sido multado por obtener ganancias indebidas. Todo un caso de moral pública a disposición de los ciudadanos. Sus seguidores harían bien en escuchar al Presidente francés, Nicolás Sarkozy, que ha llamado a "sacar las conclusiones de la crisis para que no se reproduzca", sobre la base de la "ética del esfuerzo y del trabajo" y "regulando los sistemas de remuneración de los directivos y operadores financieros para acabar con los abusos", pues, concluye, "el laissez-faire se ha terminado, el mercado todopoderoso que siempre tiene razón se ha terminado". 


Francisco Castañeda
Académico Usach
 
La actual crisis financiera internacional, originada en Estados Unidos, ha traído muchas nuevas preguntas y probables reformulaciones para los ciudadanos, los reguladores y la industria financiera. Es obvio que los salvatajes de la FED, del gobierno norteamericano y de la inyección concertada de liquidez por los principales bancos centrales del mundo desarrollado, le dan un "aire de resolución a la crisis". Sin embargo, permanecen muchas interrogantes:

¿Por qué la FED no actuó en forma preventiva a este crisis?.Y así ahorrarse la friolera de billones de dólares. Claro que en los rescates ellos se quedan con garantías, pero con dudoso valor crediticio. Alan Greenspan, nombrado por Reagan para el cargo de Chairman de la FED (Banco Central de USA), estaba fascinado con la exhuberancia irracional de los mercados financieros. Y no había que poner límites a tal belleza.
 
¿Por qué las agencias clasificadoras de riesgo actúan cuando la crisis está ya desatada?. Obsérvese la fecha de la rebaja crediticia de los papeles de AIG (compañía aseguradora global) lo que gatilló la desconfianza de los inversores ante los inminentes aumentos de seguros derivados crediticios (swaps) que respaldaban las hipotecas subprime.
 
¿Por qué al derogarse Glass Steagall en 1999 (ley que separaba la banca comercial de la banca de inversiones, y que data de la crisis del 1929), no se reformuló completamente el sistema financiero?. Además se permitió que la banca de inversión funcionara con una regulación mucho más débil que la que recae sobre los bancos comerciales. De hecho el cataclismo financiero no ha afectado mayormente la banca comercial, la que obtiene sus ingresos principalmente de su masa de depositantes. De hecho Bank of America y JP Morgan Chase, bancos mas del tipo "comercial", han salido de compras en Wall Street (Merrill Lynch y Bear Stearns han sido adquiridas) en pleno tumulto.

¿Por qué las gigantes corporaciones hipotecarias Freddy y Fanny (responsables de gran parte de las hipotecas de la clase media y baja norteamericana) estiraron el elástico al máximo de que tenían garantía estatal implícita?. Asumieron más riesgos que el necesario, provocando la nacionalización de estas empresas y su posterior intervención.

¿Por qué estos reducidos bancos de inversión pueden poner en jaque la estabilidad del sistema financiero global provocando el temido cierre del crédito global?
 
Pero falta finalmente preguntarse, ¿qué ocurrió en estos años con las jugosas ganancias de los bancos de inversión securitizando (trayendo los pagos del futuro a hoy) los flujos de pagos de las hipotecas subprime (clientes de ingresos medios bajos e historial crediticio inestable)?. Muchos por cumplir su sueño americano, perdieron su casa, sobre todo cuando las tasas de interés en USA comenzaron a subir. Se estima en 1,5 millones los embargos de hipotecas en USA. Claramente el mercado crediticio subvaluó los niveles de riesgo de este perfil de clientes, a lo que contribuyó el apetito de Wall Street por  estructurar estos créditos en bonos securitizados.
 
Las preguntas son muchas más. Pero existen restricciones a la vista. USA enfrenta este negro escenario  con un alto déficit fiscal. La resolución de la crisis y la capacidad de recuperación de la economía dependerán de los nuevos incentivos que establezca la autoridad sobre la industria financiera. Dinero fiscal y cuasifical irá a evitar la interrupción del sistema de pagos, y probablemente una profundización de la crisis. Pero las nuevas regulaciones serán cruciales. Más que adaptarse al modelo de negocios de los regulados, la regulación deberá adecuarse a la minimización del riesgo sistémico. Para que no pague otra vez Mister Moya. ¿Do you know him?