Académico Usach
La actual crisis financiera internacional, originada en Estados Unidos, ha traído muchas nuevas preguntas y probables reformulaciones para los ciudadanos, los reguladores y la industria financiera. Es obvio que los salvatajes de la FED, del gobierno norteamericano y de la inyección concertada de liquidez por los principales bancos centrales del mundo desarrollado, le dan un "aire de resolución a la crisis". Sin embargo, permanecen muchas interrogantes:
¿Por qué la FED no actuó en forma preventiva a este crisis?.Y así ahorrarse la friolera de billones de dólares. Claro que en los rescates ellos se quedan con garantías, pero con dudoso valor crediticio. Alan Greenspan, nombrado por Reagan para el cargo de Chairman de la FED (Banco Central de USA), estaba fascinado con la exhuberancia irracional de los mercados financieros. Y no había que poner límites a tal belleza.
¿Por qué las agencias clasificadoras de riesgo actúan cuando la crisis está ya desatada?. Obsérvese la fecha de la rebaja crediticia de los papeles de AIG (compañía aseguradora global) lo que gatilló la desconfianza de los inversores ante los inminentes aumentos de seguros derivados crediticios (swaps) que respaldaban las hipotecas subprime.
¿Por qué al derogarse Glass Steagall en 1999 (ley que separaba la banca comercial de la banca de inversiones, y que data de la crisis del 1929), no se reformuló completamente el sistema financiero?. Además se permitió que la banca de inversión funcionara con una regulación mucho más débil que la que recae sobre los bancos comerciales. De hecho el cataclismo financiero no ha afectado mayormente la banca comercial, la que obtiene sus ingresos principalmente de su masa de depositantes. De hecho Bank of America y JP Morgan Chase, bancos mas del tipo "comercial", han salido de compras en Wall Street (Merrill Lynch y Bear Stearns han sido adquiridas) en pleno tumulto.
¿Por qué las gigantes corporaciones hipotecarias Freddy y Fanny (responsables de gran parte de las hipotecas de la clase media y baja norteamericana) estiraron el elástico al máximo de que tenían garantía estatal implícita?. Asumieron más riesgos que el necesario, provocando la nacionalización de estas empresas y su posterior intervención.
¿Por qué estos reducidos bancos de inversión pueden poner en jaque la estabilidad del sistema financiero global provocando el temido cierre del crédito global?
Pero falta finalmente preguntarse, ¿qué ocurrió en estos años con las jugosas ganancias de los bancos de inversión securitizando (trayendo los pagos del futuro a hoy) los flujos de pagos de las hipotecas subprime (clientes de ingresos medios bajos e historial crediticio inestable)?. Muchos por cumplir su sueño americano, perdieron su casa, sobre todo cuando las tasas de interés en USA comenzaron a subir. Se estima en 1,5 millones los embargos de hipotecas en USA. Claramente el mercado crediticio subvaluó los niveles de riesgo de este perfil de clientes, a lo que contribuyó el apetito de Wall Street por estructurar estos créditos en bonos securitizados.
Guillermo Pattillo
Departamento de Economía
Universidad de Santiago
Si respecto de algo existe consenso en Chile, actualmente, es que el Transantiago es, y todo indica que continuará siendo, un desastre. Este nuevo sistema de transporte de Santiago fue mal diseñado e implementado y es, actualmente, mediocremente operado. Prácticamente, ninguno de los beneficios que se prometieron se ha cumplido. La verdad es que constituye no sólo el mayor fracaso de una política pública en muchos años, sino evidencia tangible de la ineptitud pública y privada, y de las pobres capacidades profesionales de empresas que se suponían técnicamente solventes. En realidad, una vergüenza para este país, que se sostuvo iba a ser desarrollado en 2010.
En este contexto de fracaso y, más relevante, de falta de claridad respecto al destino de todo el sistema, el gobierno ha vuelto a pedir recursos al Congreso para financiar los enormes déficits que tiene su operación. Específicamente, se ha presentado un proyecto de ley, que tiene dos componentes principales: un subsidio permanente y un subsidio transitorio, para los años 2008 a 2011. El subsidio permanente, se justifica como la forma adecuada de financiar el pase escolar, cuya tarifa se fija bajo los costos de operación del sistema, generándose un subsidio cruzado desde los pasajes adultos que deben cubrir la diferencia. Esto es válido. El problema principal surge con el subsidio transitorio; el proyecto crea un Fondo Transitorio para el Sistema de Transporte Público de Santiago, con un monto de $190.350 millones, los que serían desembolsados entre el 1 de enero de 2009 y el 31 de diciembre de 2011; asimismo crea un Fondo de Inversiones Regionales para el Transporte y Conectividad, que se constituiría con un monto equivalente al indicado antes, y sus recursos serían desembolsados sólo a contar de la fecha de inicio de aplicación de los recursos del Fondo Transitorio para Santiago.
Aun cuando se dan diversas explicaciones para el subsidio transitorio, todo indica que su única razón es contribuir a cerrar el déficit mensual del sistema; su extensión a las regiones no es más que una medida para darle viabilidad política. Dado que en el largo plazo no existen razones de eficiencia que sugieran que debe haber un subsidio al transporte público, no existe razón tampoco para otorgarlo hoy, menos aun si no existe un cronograma preciso en que se pueda exigir el cumplimiento de las condiciones de calidad y eficiencia prometidas. Ya se ha usado ineficientemente una enorme cantidad de recursos de la comunidad, recursos que tienen un alto costo de oportunidad; la contribución al bienestar general que corresponde al Congreso ahora es detener esta sangría, rechazando este proyecto y separar el financiamiento del pase escolar del subsidio transitorio.
Circulares 24 y 34 sobre Créditos Incobrables:
El Fin de Un Dolor de Cabeza para los Contribuyentes
Profesor Germán R. Pinto Perry
Departamento de Contabilidad y Auditoría
Universidad de Santiago
En abril y en junio recién pasado, se emitieron sendas circulares 24 y 34 sobre el tratamiento que el Servicio de Impuestos Internos (SII) ha definido para el castigo de los créditos incobrables, actualizando sus criterios y dejando de lado políticas de fiscalización que generaban grandes problemas a los contribuyentes.
Una cuenta incobrable es aquella sobre la cual un comerciante duda que pueda ser cobrada, o simplemente, ya no hay esperanzas para su pago. Este hecho es evidente en toda entidad que permita algún tiempo de gracia a sus clientes, para cumplir con sus obligaciones. Lo anterior puede generar pérdidas que son reflejadas a través de estimaciones por deudores incobrables (EDI) que la teoría contable efectúa según el principio de criterio conservador o, como está señalado en el nuevo Marco Conceptual de la Contabilidad, que está en difusión por el Colegio de Contadores de Chile A.G., criterio prudencial.
Sin embargo, esta estimación no es aceptada por el legislador tributario como un gasto necesario para producir la renta, pues en el número 4 del artículo 31 de la Ley sobre Impuesto a la Renta (LIR), se señala que sólo es posible castigar una cuenta por cobrar y, por ende, no se puede estimar o aprovisionar su cuantía, cuando "hayan agotado prudencialmente los medios de cobro". Este carácter prudencial había sido interpretado por el SII en su Circular 13 de 1979, como la constatación de cuatro requisitos: que provengan de operaciones que generan renta afecta a Primera Categoría; que realmente sean incobrables, hecho que sólo se constata en el caso de "quiebras, fallecimientos sin haber dejado bienes, rebajas en virtud de convenios judiciales, etc"; el castigo debe ser el año en declaración y que se deje constancia en los libros de la operación, para tener antecedentes vinculantes ante una eventual y futura recuperación del crédito. Sin duda que estas disposiciones generaban muchos problemas para los contribuyentes, amén del hecho que la fiscalización operativa no aceptaba antecedentes como las cartas de abogados que habían realizado gestiones para el cobro, pero que consideraban inoportuna su recuperación.
Con las circulares que se comentan, el organismo fiscalizador facilitó la función de los tribunales que recibían gran número de demandas, que no seguían su curso ante el desistimiento de los acreedores, ya que éstos sólo querían evidenciar que habían empezado gestiones judiciales.
Estas normativas especifican sólo tres requisitos fundamentales relativos a los créditos: "que provengan de operaciones relacionadas con el giro del negocio, que el castigo de dichos créditos incobrables haya sido contabilizado oportunamente, y que respecto de ellos se hayan agotado prudencialmente los medios de cobro". Respecto a este último requisito, se innovó señalando criterios claros y precisos de acuerdo al monto de las cuentas. En efecto, cuando se traten de cuentas por cobrar, que no superen 10 Unidades de Fomento (UF), es posible castigarla cuando no se ha mantenido otras relaciones comerciantes con el cliente en mora, cuando se demuestre que se ha comunicado con el deudor, y se le ha impelido al pago y cuando se demuestre gestiones de cobranza obligada, como su publicación en boletines informativos. Cuando se trate de deudas entre 10 y 50 UF, no estén prescritas, se demuestre la cobranza extrajudicial, aplicar políticas de cobranzas oficiales, haber cesado en las relaciones comerciales con el deudor. Finalmente, existe un tramo de deudas que superan las 50 UF, en cuyo caso, hay que demostrar gestiones formales de cobranza judicial.
La Circular 34 está dedicada, exclusivamente, a empresas de suministros de servicios domiciliarios, para las cuales, ha señalado criterios que permiten el castigo de acuerdo a la naturaleza del servicio.
Un elemento que ha demostrado el espíritu que ahora tiene el SII, y que evidencia el respeto al principio general de la buena fe de los contribuyentes, es que se ha marginado del impuesto de castigo del inciso tercero del artículo 21 de la LIR, que afecta con una tasa del 35%, los castigos que se realizan sin cumplir los requisitos que se han señalado. En otros tiempos, a los bancos se les aplicó esta tributación, y fue menester resolver las controversias en los tribunales superiores de justicia.
Con las circulares que comento en esta oportunidad, el organismo fiscalizador evidencia la aplicación de criterios modernos y transparentes, que facilitan el cumplimiento tributario de los contribuyentes.
Por Francisco Castañeda
Académico Usach
"Es necesario que las deudas de los chilenos estén unificadas en una sola base de datos. El argumento de que así los bancos podrán endeudar más a los chilenos tiene su contrapeso en la constitución de provisiones (equivalente a una reducción en el patrimonio de los bancos); esto es un castigo por efectuar créditos inciertos. La industria del retail argumenta que no hay riesgo sistémico en sus créditos porque son realizados en base al patrimonio de sus socios. Pero un cliente altamente endeudado con la industria del retail no podrá cancelar a tiempo sus deudas bancarias; y si a esto se adiciona un estrato medio-bajo fuertemente endeudado, sí tenemos un impacto en la estabilidad del sistema ante un endeudamiento excesivo. No compartir las bases de datos es un juego del tipo "dilema del prisionero"; ambas industrias terminarán en el mediano plazo con carteras vencidas y altas morosidades dañando la apuesta de largo plazo de inversionistas en esta industria. En el corto plazo, podrían haber eventuales beneficios de no compartir la información de endeudamiento, especialmente para el retail, pero esto tiene un techo. Una desaceleración brusca de la economía podría ser perjudicial para este sector. Para que el mercado opere, no deben existir asimetrías de información, ni feudalismos informativos. El bien común está sobre el bien de determinada industria".
Guillermo Patillo
Académico Departamento de Economía
Universidad de Santiago de Chile
Hoy, tras conocerse los resultados de US$7 mil millones de superávit fiscal existente, para el primer trimestre de este año, entregados por el Director de Presupuestos, se consultó al economista y académico, de la Facultad de Administración y Economía, de la Universidad de Santiago de Chile, Guillermo Patillo. En palabras de Patillo, "si bien constituye un ahorro importante, esto no quiere decir que al fisco no se le pueda pedir más para colaborar en la coyuntura actual".
- ¿Que significa en términos macro este superávit de US $7 mil millones para el país?
- La política fiscal chilena se conduce, desde el año 2001, sobre la base de una regla, en extremo importante, consistente en un gran avance en la conducción macroeconómica, el superávit estructural. Eso significa que, en síntesis, el fisco gasta los recursos que son compatibles para generar, año a año, un superávit estructural que, en este momento, es de un 0,5% del producto. Esto significa que, los ingresos que son extraordinarios, es decir, los schoks -positivos y negativos sobre los ingresos del fisco-, no se van a gasto, sino que a ahorro. Eso es lo que refleja el superávit de US$ 7 mil millones.
En breve, es el reflejo de una conducción seria de la política fiscal, que ha sido un gran aporte al país. Sin embargo, esto no quiere decir que no exista más que no se le pueda pedir al fisco para colaborar en la coyuntura actual, en que la inflación esta más lejos de lo esperado, y en que la perspectivas, para el año 2009, no son particularmente buenas.
- ¿Cómo puede este ahorro afectar a las personas en su diario vivir?
- Este superávit es un ahorro que el fisco hace, que implica, a su vez, que cuando estemos en la fase baja del ciclo, se puede gastar más de lo que te permiten los ingresos directos de ese momento. Por lo tanto, el impacto sobre el bienestar, en el mediano y largo plazo, va en poder sostener políticas fiscales contra cíclicas eficientes, y en ese aspecto, un componente muy relevante, es el gasto orientado a la gente más pobre, que son quienes sufren todo este impacto.
Por tanto, todo este esfuerzo de ahorro, que se hace en las etapas buenas, y se va a des ahorrar en las malas, lo que finalmente logra, es mejorar las transferencias que se hacen a los sectores que lo requieren con más fuerza, y mantener una política fiscal más sana, lo que se traduce en un riesgo país más bajo, que conlleva bienestar para todo el mundo.
- Se avecina un año 2009 más complicado. ¿Cómo podría influir, o ser visto, este ahorro de mejoría a futuro?
- El próximo año, lo que se le pide al fisco es, básicamente, moderar el crecimiento de sus gastos. Va a ser un año complicado, porque el crecimiento ha sido algo superior a éste, pero no muy superior. Todavía, a la economía la vamos a ver en tasas de crecimiento menores al 5%. Si se pudiese poner un rango hoy, sería entre 4 y 4,5 en Chile. Pero, la inflación, a fines de 2009, va a estar en doce meses, en el orden del 4,5, o sea, todavía por arriba de la meta, descendiendo gradualmente a lo largo del año, aunque por encima aún.
Por lo tanto, la mayor contribución que puede hacer el fisco, para la estabilidad macro global, es: continuar la regla que lleva hace mucho tiempo, y que nadie duda; pero, ojalá hacer un esfuerzo adicional que signifique, esencialmente, moderar el crecimiento del gasto corriente a crecimiento de producto potencial, o menos que eso, al orden del 4%. No es muy probable, pero mientras más se modere, mayor será el superávit y el ahorro.
Francisco Castañeda
Académico Usach
Las pérdidas millonarias de la crisis subprime, tanto en USA, y globalmente, tienen en común la existencia de un alto apetito por el riesgo de las instituciones financieras. Se subvaluaron los riesgos de crédito y financieros, debido a una baja tasa de interés a nivel global y a un entorno regulatorio débil para la securitización de las hipotecas subprime. Estaba ya el precedente del rescate de "Long Term Capital Management"
por la reserva Federal. Este era un hedge fund global, operando con altísimo leverage financiero, que quiebra por tomar posiciones agresivas, sin cumplirse las correlaciones estáticas de diversificación de instrumentos que predice la teoría de portafolios. Así es que actualmente, "Fanny Mae" y "Freddie Mac", corporaciones de préstamos hipotecarios en USA, envueltas en una crisis profunda, están a la espera del rescate de la Fed. El riesgo moral (moral Hazard), esto es el traspaso de riesgo (esperando al prestamista de última instancia) sin compensación económica alguna, no es una política pública financiera sana a seguir. No se estabilizará el sistema financiero, y esto creará más incentivos a incrementar los riesgos en el futuro. La "disciplina de mercado" en mercados con riesgo sistémico debe operar, de otra forma los contribuyentes terminaran pagando el que los inversionistas financieros ex-ante no puedan poner el precio óptimo a los recursos.